Ah, el final de las vacaciones… el placer de la vuelta al trabajo, la depresión postvacacional, pasar dos horas borrando los spam que han conseguido evitar los filtros, los buenos propósitos para el nuevo «curso»… sí, estoy siendo sarcástico…
En fin, parte de la vuelta a la rutina consiste en mi caso en hacer limpieza de todos esos ficheros que tienden a expandirse ocupando todo el disco duro, independientemente de su tamaño… Estaba en ello cuando me he reencontrado con una joya de xkcd, parodiando uno de los lemas de El juego de Ender, de Orson Scott Card.
Por cierto, si aún queda alguien en este planeta que no haya leído el libro, lo recomiendo encarecidamente. Y no, no comulgo con las ideas de este señor, lo cual no impide que me gusten sus novelas.